MES DE LA TIERRA: CELEBRAMOS NUESTRA CONEXIÓN CON LA NATURALEZA

“Recibo esto con profunda humildad y gratitud”, ese es el significado deItadakimasu. Esta palabra japonesa encierra gran parte de lo que sentimos respecto a nuestra conexión con la naturaleza: humildad y gratitud por ser parte de un todo.

La vida en las ciudades y su vorágine imparable nos lleva a estar cada vez más alejados de los ritmos de la naturaleza. La contaminación ambiental, la tecnología invasiva, el consumo desmedido y la exigencia constante nos desconectan de nuestros propios ritmos naturales, de escuchar nuestro interior, de percibirnos como parte de un ecosistema mucho más rico y extenso. 

Así, seguimos llevando nuestros cuerpos al límite, ignorando las señales que intentan decirnos que es momento de disfrutar del sol, de contemplar la lluvia o de hibernar. Hay momentos para crear y momentos para buscar inspiración, momentos para el bullicio y momentos para el silencio, momentos para concentrarnos y otros para soñar, todo es un continuo en un fluir permanente.

Como las mareas y los vientos, las rutinas estacionales de los animales o los ciclos de las plantas, los hombres también debemos aprender a sintonizar con nuestros ritmos naturales. La naturaleza tiene mucho que enseñarnos sobre la transitoriedad de la vida, la belleza de la luz y también de la oscuridad, la importancia de los pequeños detalles y las posibilidades del amplio horizonte que se abre ante nosotros.

Al igual que todo lo que forma parte de la naturaleza, los hombres somos perfectamente imperfectos. Por lo tanto, ella también nos incita a soltar nuestra antigua concepción de la perfección y sus exigencias cotidianas para abrazar lo que en verdad somos.

En este Mes de la Tierra los invitamos a conectar con la naturaleza para fluir a nuestro propio ritmo, conectados con el mundo exterior y siendo conscientes de la importancia de cultivar, en esencia, nuestro mundo interior. Con profunda humildad y gratitud, para siempre.